El Foro Economico Mundial y la Escuela de Salud Publica de Harvard habían predicho que para el 2030, las enfermedades no transmisibles pondrían en bancarrota los sistemas globales de salud. A mas de haber estimado también en uno de sus Foros, que entre 2010 y 2030 alcanzarian la espeluznante suma de 47 trillones de dólares. Arguyendo sobre lo anterior los expertos analistas, que es nada más y nada menos la anterior suma, la mitad del patrimonio neto del mundo en un año. Ante la magnitud y quilataje de la prognosis, no podemos estoicos esperar que sean los gobiernos quienes entren a solucionar nuestros problemas de salud. Como seres individuales que somos; tocanos con responsabilidad indivisa, tomar sus riendas direccionándonos hacia lo preventivo.
En vésperos días de 2019, aparece un nuevo tipo de Coronavirus (SARS-CoV-2) en el continente asiático, enfermedad precisamente transmisible y en contraposición con los anteriores diagnosticos, fechas y cálculos que parecían inequívocamente vaticinados como una filigrana matemática para 2030. Todo precipitose. Porque China que en la ultima década no solo lidera grandes cambios globales y las principales transformaciones geopolíticas del mundo, testificalo ahora con los acontecimientos, su liderazgo en expansion viral. Hoy, esta enfermedad transmisible –lease bien-, que llevose por los cachos todos los pronósticos, tiene tambaleando
tanto a la economía global como al sistema de salud. Este ultimo, a Colombia hubo de cogerlo con los calzones abajo, arguyen algunos, por la precaria suficiencia de saneamiento básico en vastas fracciones del territorio colombiano.

Si nos remontamos a la cronología de las pandemias, observamos que secularmente han estado ahí. Tampoco es difícil vislumbrar que serán muchas y reiterativas las que avecinanse. La película Microbirth , de Toni Harman y Alex Wakeford (donde importantes científicos contoneanse), da
cuenta de la perdida de la tercera parte de la diversidad microbiana. Asi las cosas, la pregunta es: ¿Con que nos estamos defendiendo y nos defenderemos?. De hecho, la hecatombe esta. Pero no queremos verla y es otra responsabilidad unilateral. Entender cada uno que el universo es nuestro y como tal cuidarlo. Porque hasta el que cree no poseer nada, también es su copropietario. Quien lo creyera.

Dijo Amado Nervo que “Hay tanto bueno en las cosas malas y tanto malo en las cosas buenas”, que cada pandemia es como un memorándum a manera de recordere de como es nuestra simbiosis con el habita y el manejo de nuestro cuerpo. Dijo alguien que ay de aquel que no conoce su historia. Tienen los jóvenes a quienes este deplorador evento los ha tomado en la incipiencia de la vida, la oportunidad de hacer uso de la racionalidad, retomando mejores habitos.

Con el Covid ha quedado en evidencia que lastimosamente el mayor numero de muertos se ha dado en personas con enfermedades de base precisamente no transmisibles o previsibles. Aunado al escuálido desempeño de la OMS, que adolece de esa adyacencia que impídele permearse de la realidad mundial. Tedros Adhanom Ghebreyesus y su emporio burocratico igual que sus antecesores han sido y son frios e insensibles. No tienen una radiografia real de las miles y miles de personas que en los países pobres mueren diariamente por enfermedades transmisibles y no transmisibles. Ha sido relevante el desacertado manejo al Coronavirus. Primero no dabale el carácter de pandemia. Y ahora como pandemia, desde cuando asi hubo de asumirlo, no ha tomado la sartén por el mango dejando explícito su ausentismo de liderazgo. Al ser un problema universal, como tal debió tomar e impartir de manera ecuménica medidas
irrestrictamente obligatorias con su cuerpo de asesores. Algo así como un bando: Comuníquese y cúmplase. Pero no. En cada país gobernantes hacen ingentes esfuerzos, pero bastante desorientados, tratando el tema más centrados en los tapabocas y el aislamiento cuando hay bastantes factores descuidados como un arco sin defensa. Un ejemplo son las comidas elaboradas de manera callejera sin elementales normas de higiene, reutilización de envases desechables y transporte público no convencional. Situaciones ubicuas en Colombia ante la falta de mejores oportunidades.
Inexhausta resulta la parla para referirnos a la ineficacia de la OMS. Subestimó los alcances de la Pandemia –con mayúscula inicial pues no es cualquier nombrecito- en su comienzo. Razón y por demás tuvo el presidente Donald Trump al recriminar su frágil desempeño, que hasta
suspendiole el apoyo económico de Estados Unidos que en el gallinero, es el que más duro canta. Bueno, menos dinero para desguazar. Fundada luego de la Segunda Guerra Mundial como parte del sistema de la organización de las naciones unidas, supuestamente para mantener al
mundo seguro, promover la salud y servir a los vulnerables, entre otras tantas funciones que no funcionan. Paradójicamente después de su fundación el mundo está cada vez más enfermo y sumido en un sombrío panorama.